top of page
  • Foto del escritorRandom Magazine

SEGUNDA PRUEBA DE VÁMONOS

En una calleja entre Tomás Bretón y Corona de Aragón se esconde el Juan Sebastian Bar. Una taberna oscura con un pequeño escenario que ofrece todas las semanas cerveza y carcajadas. Mariano Bartolomé es quien lleva este garito zaragozano desde 1982 con monólogos, improvisación y quemadillos de ron.

Irene Ibáñez Gómez//

“Juan Sebastian Bar” corona la entrada en grandes letras doradas. Debajo, dos puertas de madera pintada de azul con pequeños cristales cuadrados, dejan entrever el interior. Jazz, blues y rock and roll se respiran dentro entre carteles de grupos, guitarras auténticas y radios antiguas. Pero la decoración del Juan Sebastian Bar va más allá. Encontramos máquinas de escribir, bicicletas, periódicos, relojes, un piano de pared, patitos de goma… Es un anticuario con olor a madera y cerveza.

Al fondo del bar, a la izquierda, está situado el pequeño y oscuro escenario. Ante él se abre el espacio con varias mesas redondas de mármol blanco y sillas de madera. Unos minutos antes de que empiece el espectáculo, van llegando poco a poco grupitos de gente hasta llenar el bar por completo.

Hay un detalle más que caracteriza al Juan Sebastian Bar. En todas las mesas, una pequeña caja de latón brilla bajo los focos del escenario. Sí, parecen pastilleros, pero dentro no hay nada por el estilo. Mariano Bartolomé, el dueño del local y quien se encargó de presentar al primer monologuista, explicaba, “¡Igual es un detalle del gordo! Pues no, no hemos tenido el detalle. Eso es al revés, es para que tú tengas un detalle con el gordo”. Todos los jueves en el Juan, son de Monólogos por la Beneficencia. De ahí los pastilleros sin “pastis”. No cobran entrada y tú decides con qué cantidad de dinero quieres apoyarles dejándolo en estas cajitas al terminar la actuación.

Déjanos un comentario
¡Clasifícanos!Bastante malNo tan bienBienMuy bienImpresionante¡Clasifícanos!

¡Gracias por tu mensaje!

NUESTRAS ÚLTIMAS

PUBLICACIONES

bottom of page